¿Tienes propósitos para 2019? Hazte estas 7 preguntas antes
El año se acaba. Una vez más. Sin prácticamente darnos cuenta han vuelto a volar 365 días y entramos de nuevo en “esas fechas tan señaladas”. Unos días que son sinónimo de familia, regalos y, por encima de todo, comida en abundancia.
Y entre digestión y digestión, otro clásico de estas fechas de calorías: hacer propósitos para el año que está a la vuelta de la esquina. Unos objetivos enfocados tanto a nuestra vida personal como también, y en el caso que nos ocupa, a nuestro futuro profesional.
¿Por qué no cumplimos nuestros buenos propósitos?
Nos ponemos los propósitos de forma impulsiva y no nos cuesta ningún esfuerzo plantearlos. Es todo de palabra. Y, como ya sabemos, las palabras se las lleva el viento. En cambio, ponernos en marcha y salir de nuestras zonas de confort ya es algo más complicado, pues requiere de un cierto sacrificio.
Estamos acomodados en el trabajo y nos iría bien un cambio de empresa. O bien nos gustaría formarnos en tecnologías emergentes como Blockchain o Inteligencia artificial, por poner dos ejemplos. Incluso puede ser que queramos perfeccionar nuestro inglés o francés.
A menudo, tras unos pocos días de buenas intenciones, nuestras metas nos superan y las guardamos en un cajón imaginario que ya volveremos a abrir de aquí a un año, cuando nos invada de nuevo el arrepentimiento o la motivación navideña.
¿Cómo alcanzar nuestros propósitos de año nuevo?
Precisamente para evitar que nos pase esto, y antes de empezar a repetirnos “a partir del día 1 empiezo a X, Y y Z”, debemos pararnos a pensar unos segundos.
Es imprescindible analizar el año que termina. Hacer balance. Ubicarnos en el mapa.
7 preguntas para hacer balance de 2018
- ¿Cuál era mi objetivo hace un año?
- ¿Lo he alcanzado?
- ¿Cómo lo he conseguido?
- ¿Me he quedado a medio camino?
- ¿Qué ha fallado?
- ¿Qué debo mejorar para lograrlo?
- ¿En qué punto me encuentro hoy?
Responder a estas preguntas nos sitúa en el escenario presente y nos permite:
- Definir nuestro punto de partida
- Establecer nuestra meta
- Trazar el camino y los plazos para llegar a cruzarla
En otras palabras: dónde estoy, dónde quiero ir y cómo y cuándo voy a hacerlo.
Se trata de un ejercicio que nos ayuda simplificar el objetivo y a focalizarnos en él para tratar de alcanzarlo con éxito. Afortunadamente, existen muchas opciones para mejorar como profesionales. Solamente debemos explorarlas, ver qué nos conviene y ponernos manos a la obra.
Algo que nos puede ayudar es escribirlo en una nota en el móvil, en el ordenador o hasta en un post-it. De esta forma podremos ir refrescándolo a menudo y no lo perderemos de vista. Si nos olvidamos de él, otra vez tendremos que ir a rescatarlo de aquí a 12 meses entre sopas, cocidos, mariscos, corderos, cabritos, turrones, polvorones y uvas.